Muy Antigua y Venerable Hermandad de Gloria
de Santa María de la Vega, Nuestra Señora de la Cabeza 

Querido hermano:
La escena de las tentaciones de Cristo en el desierto se renueva cada año al comienzo de la Cuaresma. La liturgia invita a los creyentes a entrar con Jesús en el desierto y a seguirlo en el itinerario penitencial de este tiempo cuaresmal, que ha comenzado el miércoles pasado con el austero rito de la ceniza.
Solo Cristo puede liberar al hombre de lo que lo hace esclavo del mal y del egoísmo: de la búsqueda ansiosa de los bienes materiales, de la sed de poder y dominio sobre los demás y sobre las cosas, de la ilusión del éxito fácil, y del frenesí del consumismo y el hedonismo que, en definitiva, perjudican al ser humano.
Esto es lo que nos pide claramente el Señor para entrar en el clima auténtico de la Cuaresma. Quiere que en el desierto de estos cuarenta días aprendamos, a la luz de su palabra de salvación, a enfrentarnos al enemigo de nuestras almas. El Espíritu Santo vivifique nuestra oración, para que estemos dispuestos a afrontar con valentía la incesante lucha de vencer el mal con el bien.
Que Nuestra Señora de la Cabeza nos ayude en esta Cuaresma a compartir con dignos frutos de conversión el camino de Cristo, desde el desierto de las tentaciones hasta Jerusalén, para celebrar con él la Pascua de nuestra redención.