Es un edificio cargado de un profundo valor histórico y diríamos, también, artístico-popular. Al igual que la iglesia parroquial posee características interesantes y como aquella puede hundir sus raíces en el siglo XVI. La documentación parroquial de principios del siglo XVI, según algunos, alude a la patrona de Churriana de la Vega con el título de Santa María de la Vega, ya que según algunos era considerada patrona de la vega de granada.
Es desde
principios del siglo XVII cuando nos acompaña la documentación, pues por un
documento fechado en Churriana el día 6 de Marzo de 1609 conocemos que se
proyectaba una obra, en la edificación o para la edificación de la ermita, en
un espacio de propiedad compartida; para lo cual el Ayuntamiento reunido a son
de campana acordó poner de acuerdo a todos los propietarios del haza del pago
de Darailimon, para que la cedieran para la ejecución de la obra, según Marcial
de Castro.
Igualmente
en un documento fechado el 26 de Enero de 1611 se reconoce ya la existencia de
la ermita de Churriana: “Churriana tiene
una ermita cuya vocación es de Nuestra Señora de la Cabeza”. A continuación
se dice: “está muy maltratada y conviene
para que se ponga en buen estado, que se sepa la hacienda que tiene la dicha
ermita”, por lo que se nombra mayordomo al efecto. Ello quiere decir que la
edificación debe tener un origen bastante anterior, pues de lo contrario, no
habría transcurrido tiempo como para hallarse muy maltratada.
La
ermita, aunque de carácter achaparrado, es interesante. La fachada principal
consta de una portada de medio punto cubierta con un pequeño porche, de épocas
posteriores, de tres arcos que no llegan al medio punto, sobre la que se abría
hasta hace poco un vano rectangular, que ha sido sustituido por un óculo
recientemente. En su lado izquierdo, y apenas sin resalte de la cubierta, un
pequeño campanario de cuatro arcos de medio punto que fue sufragado por un ilustre vecino de churriana el torero Salvador Sánchez Povedano "Frascuelo"
En su
lateral derecho se abre otro acceso mediante una gran puerta con arco
escarzano, y una pequeña y graciosa imagen de la Virgen de la Cabeza. Sobre la
cubierta de la capilla mayor se erige un pequeño cimborrio de forma octogonal,
rematado por chapitel, destinado a dar iluminación al templo.
La
construcción del monumento se realizaría a lo largo de los siglos XVI y XVII,
pues a comienzos del siglo XVIII conocemos que se ejecutaba el camarín de la
Virgen, luego para entonces debió estar prácticamente terminado el edificio. El
monumento sufriría diversas restauraciones a lo largo de su historia, de las
que quedaron pruebas documentales de la de 1787, fue entonces cuando se
restauró la imagen de la Virgen colocando una peana con cinco ángeles y se
pusieron ojos de cristal al Niño. En 1892, se vuelve a restaurar el edificio a
expensas del párroco y del alcalde de la población.
Hemos de
señalar igualmente, la rica colección de lienzos de distintas épocas y autores
que se conserva, muchos de ellos de gran riqueza artística y notable belleza y
estilo. El retablo puede corresponder al siglo XVII-XVIII, y contiene las figuras
de San Miguel, Santo Domingo, San Benito y San Buenaventura. El camarín está
ocupado por la Virgen de la Cabeza, imagen de Luis de la Peña, que siguió el
modelo de la Virgen de Gracia; fue toda de talla hasta el siglo XVIII en que se
remodeló como imagen de vestir. Las pinturas del camarín contienen doce
medallones con las figuras de los apóstoles; especialmente destacables las del
cimborrio.
La
coronación de la Virgen, en la cúpula, se ha reseñado como perteneciente al
pintor granadino Diego Sánchez Sarabia, es obra de gran calidad, si bien sufrió
alguna deficiente restauración. Es de señalar también un Cristo crucificado
sobre peana, de Peral. Finalmente diremos que el retablo de la ermita oculta
otro anterior, pintado al fresco.